Grandiosa en toda la extensión del término, dispone de enormes torreones flanqueando un amplísimo arco de anchura sin igual y que tiene sentido para dar salida a las aguas de las tormentas que se ciernen periódicamente sobre la ciudad.
La Puerta fue en origen, quizás en el siglo XIII, un simple arco defendido por una torre. En el siglo XIV se modificó la entrada, levantando una torre sencilla con vanos ojivales (se trata de la mitad interior de la torre de la izquierda vista desde el interior del recinto).
En el siglo XV, hacia 1451, se levantaron las dos torres que flanquean el arco; en un caso, la torre izquierda, añadiendo un cuerpo al ya existente, en el de la torre de la derecha, siempre vista desde el interior, construyéndola de nueva planta; las dos torres se coronaron con merlones escalonados. En esta época se modificó el cuerpo central de la puerta, abriendo una galería de arcos. Ya en el siglo XVI se rebajó el arco de acceso y se colocó el escudo imperial de Carlos V.
Fue rehabilitada entre los años 1987 y 1988 por la Escuela Taller de Daroca para ubicar el Centro de Estudios Darocenses.