La parte central está ocupada por una construcción de planta rectangular, muy alterada, con torreones de planta cuadrangular acusados en planta y aparejo en mampostería. En las excavaciones arqueológicas que se vienen realizando en esta zona han aparecido una gran cantidad de materiales del siglo XI, muchos de ellos fragmentos de yeserías musulmanas.
Al lado del recinto existe un enorme aljibe de planta cuadrada y de capacidad muy considerable y al lado opuesto destaca la llamada torre de Zoma, construida en mampostería y que debió formar parte de la alcazaba; junto a ella quedan restos de una construcción de planta rectangular, muy arruinada, y que puede pertenecer al cuartel instalado allí en el siglo XIX durante las Guerras Carlistas. En torno a este recinto central se dispone varios elementos, todos ellos en mampostería y tapial, que configuran un complejo sistema defensivo.
Bajo la torre hay un profundo túnel, muy inclinado, con escaleras talladas en piedra. Se trata de una excavación realizada para buscar aguas subterráneas para el abastecimiento del castillo; actualmente se halla cegado pero se dice que bajaba hasta la ciudad; en él tiene su origen la leyenda de la «Morica encantada».